LE PERREUX-SUR-MARNE, Francia — El presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó este martes que "nunca" aceptará una regularización masiva de inmigrantes en situación irregular en Francia, pues sería un "error trágico" y, además, algo "contrario a los valores de la República".
"Mientras sea presidente de la República, no aceptaré una regularización global de aquellos que no tienen papeles. No lo aceptaré nunca porque es contrario a la idea que tengo de los valores de la República", sostuvo Sarkozy durante una mesa redonda celebrada en Perreux-sur-Marne, uno de los suburbios conflictivos del este de París.
Sarkozy participó en ese debate titulado "Actuar por la seguridad de los franceses" en el marco de una serie de visitas efectuadas este martes a varias localidades de un sector de la periferia capitalina considerado "difícil". El presidente francés, cuya última visita a un suburbio de París tuvo lugar en noviembre de 2008, afirmó que los anteriores procesos de regularización efectuados en Francia provocaron "un efecto llamada".
"Francia ha experimentado esta regularización en tres ocasiones (...) y eso ha llevado a que las redes de traficantes criminales sobre la pobreza y la desgracia de la gente, se digan 'enviemos más desgraciados a Francia, ellos regularizan y algún día deberán regularizarlos'".
Francia efectuó tres procesos de regularización en 1981, 1997 y 1998, los tres con gobiernos socialistas. "Cada vez que se regulariza masivamente, desembocamos en el efecto contrario al buscado. Es un efecto llamada". "Sería un error trágico y no lo haremos", reiteró el presidente galo. El domingo, la primera secretaria del opositor Partido Socialista, Martine Aubry, dijo que su partido era favorable a una "amplia regularización de sin papeles" basada en determinados criterios.
El gobierno francés amenazó el domingo con cerrar las empresas que empleen a trabajadores en situación irregular y anunció que impulsará un "arsenal contra el abuso" empresarial en Francia, donde oficialmente hay hasta 400.000 empleados ilegales, en su mayoría extranjeros.
El ministro francés de Inmigración e Identidad Nacional, Eric Besson, anunció el lunes que "a fines de 2009 o principios de 2010 presentará un proyecto de ley con un conjunto de sanciones contra las empresas que empleen a extranjeros sin permiso de residencia". Entre esas medidas menciona, el cierre de establecimientos, el reembolso de las ayudas públicas recibidas o la prohibición de presentarse a licitaciones públicas en Francia y en Europa durante cinco años.
Por otra parte, el ex presidente francés Jacques Chirac fue sorprendido por las cámaras de un canal de televisión haciendo un ambiguo comentario de corte racista en el suroeste de Francia, después de que un muchacho mestizo le pidiera que se hiciera una foto con él.
Numerosos medios de comunicación escritos franceses se hicieron eco este martes del diálogo y las imágenes difundidas en la noche del lunes por Canal +.
El episodio tuvo lugar el viernes en las inmediaciones de Burdeos (suroeste), una de las etapas de la gira que Chirac está haciendo por Francia para presentar el primer tomo de sus memorias, 'Chaque pas doit etre un but' ('Cada paso debe ser un objetivo'). Durante un paseo que Chirac estaba haciendo acompañado por su ex primer ministro y alcalde de Burdeos, Alain Juppé, un transeúnte se acerca y le pregunta al ex presidente si puede sacarse una fotografía con él.
Tras aceptar la petición, Chirac le pregunta "¿Y usted de dónde es?" El hombre responde: "Soy de Lormont". "Lormont, es una ciudad justo al lado de Burdeos", interviene Juppé mientras el joven agradece y se aleja. Pero segundos después, Chirac, le dice a Juppé: "me parece que no nació exactamente... que no es oriundo de... bueno, en fin". El alcalde de Burdeos subraya: "no, no es de Correze", en alusión a la región del centro de Francia de la que es oriundo el ex presidente francés.
Algunos medios calificaron este martes el episodio de "desliz" verbal y varios comentaristas recordaron el comentario considerado antiárabe que en septiembre hizo el ministro francés de Interior, Brice Hortefeux, y anterior ministro de Inmigración. En un encuentro con jóvenes de derecha, uno de ellos, de origen magrebí, se acercó a Hortefeux para sacarse una foto con él. Después de la foto, el ministro afirmó: "el problema es cuando hay muchos", hablando, al parecer, de los inmigrantes.
